Reforzamos espacios libres de celular y promovemos el encuentro real entre estudiantes

Calificado mundialmente como una “nueva pandemia”, el uso de celulares en colegios se ha convertido en uno de los mayores desafíos contemporáneos. Según datos del Ministerio de Educación, un 87% de los estudiantes chilenos posee un dispositivo móvil, y la edad promedio de inicio es tan solo los 8 años. El tiempo de conexión también refleja una realidad preocupante: los jóvenes entre 13 y 17 años pasan más de 4 horas diarias conectados, mientras que los niños entre 8 y 12 años permanecen entre 2 y 4 horas al día frente a una pantalla.

Si bien es innegable que la tecnología ofrece múltiples oportunidades, también trae consigo riesgos importantes para el bienestar socioemocional de niños y adolescentes: trastornos del sueño, dificultades de atención, menor tolerancia a la espera, y obstáculos para sociabilizar de manera presencial. A esto se suman los peligros asociados a la navegación sin supervisión y los problemas de ciberseguridad.

Frente a esta realidad, durante el presente año el colegio ha reforzado la prohibición del uso de celulares y dispositivos digitales durante la jornada escolar, promoviendo activamente espacios libres de tecnología, donde se prioriza el juego, el diálogo y el encuentro genuino entre estudiantes. Esta medida ha permitido recuperar la interacción directa, fortalecer el deporte y generar oportunidades reales de convivencia y aprendizaje entre pares.

Para los cursos más pequeños, se han incorporado materiales didácticos y lúdicos, devolviendo protagonismo al juego como lenguaje de encuentro. Tal como señala Donald Winnicott, “el juego es una forma de lenguaje emocional y simbólico”, pues no solo les permite compartir entre ellos, sino también construir reglas, llegar a acuerdos y resolver conflictos de manera pacífica.

En los estudiantes mayores, ha destacado el uso activo de los espacios deportivos. Las canchas y patios se han transformado en verdaderos puntos de encuentro, donde el deporte vuelve a tener un rol central en la vida escolar.

El colegio hace un llamado a padres y madres a sumarse a este esfuerzo colectivo, acompañando y concientizando a los estudiantes sobre el valor de desconectarse del celular para conectarse con los demás. El colegio  es un espacio único e irrepetible de interacción humana, y alejarnos por un momento de las pantallas nos ha permitido volver a mirarnos, escucharnos y construir comunidad.